El Triángulo de las Bermudas
El Triángulo
de las Bermudas
es
una un área geográfica con forma de triángulo equilátero de unos 1600 o
1800 km de lado, situada en el océano Atlántico entre
las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami.
Es
famoso porque a mediados del siglo XX varios
escritores publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad
de la zona; sin embargo, las estadísticas de la Guardia Costera de los Estados
Unidos no indican que en esa zona haya más
desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico.
Historia
Ya desde
la era de la vela, las naves que viajaban a Europa pasaban continuamente por esta zona para
aprovechar los vientos dominantes y la corriente del Golfo.
Luego, con el desarrollo de lasmáquinas de vapor y
los barcos con motores de
combustión interna, gran parte del tráfico del Atlántico Norte siguió cruzando (y aún
lo hace) a través del área del supuesto «Triángulo de las Bermudas».
La corriente del Golfo,
un área con un tiempo muy
inestable (conocida por sus huracanes), también pasa por el triángulo
al abandonar el mar Caribe. La
combinación de un denso tráfico marítimo y el tiempo tempestuoso hace posible
que algunos barcos se adentren en tormentas y se pierdan sin dejar rastro,
especialmente antes del desarrollo de las telecomunicaciones, el radar y
lossatélites a
finales del siglo XX.
Otras
áreas que a menudo se insinúa que poseen características inusuales son:
El Triángulo del Dragón, ubicado en el mar del
Diablo, cerca de Japón. En Japón no es
conocido debido a que la mayoría de los botes perdidos son pequeñas
embarcaciones pesqueras sin radio.
El Vórtice Marysburgh ubicado
al este del lago Ontario (entre
EE. UU. y Canadá).
Primeras menciones
La
primera mención documentada acerca de desapariciones en el área se hizo en 1951:
E. V. W. Jones —periodista de Associated Press— escribió respecto a
algunos barcos perdidos en la zona de las Bahamas. Jones dijo que las
desapariciones de barcos, aviones y pequeños botes eran «misteriosas». Y le dio
a esta zona el apodo de «Triángulo del Diablo». Al año siguiente (1952)
George X. Sand afirmó en un artículo de Revista de Destino que en esa zona sucedían «extrañas
desapariciones marinas».
En 1964,
el escritor sensacionalista Vincent Gaddis (1913-1997) acuñó el término
«Triángulo de las Bermudas» en un artículo de la revista amarillista estadounidense Argosy. Al año siguiente publicó el
libro Invisible horizons: true
mysteries of the sea (‘Horizontes invisibles: los verdaderos
misterios del mar’), donde incluía un capítulo llamado «El mortal triángulo de
las Bermudas». Generalmente, Gaddis es considerado el inventor del «triángulo»
de las Bermudas.
Pero diez
años después, el pretendido misterio se convirtió en un verdadero mito gracias
a Charles Berlitz (1914-2003),
escritor neoyorquino de ciencia ficción, que en 1974 escribió
elsuperventas El Triángulo de las Bermudas, donde copió bastante texto de
Gaddis y recopiló casos de desapariciones (muy manipulados y mal presentados),
mezclados con falsedades y flagrantes invenciones.
Lista cronológica de incidentes informados por
Berlitz
El
Triángulo de las Bermudas ha recibido el crédito de muchas desapariciones que
ocurrieron en sus aguas extraoficiales (aunque en algunos casos
incorrectamente). A la fecha, la mayoría está de acuerdo en que más de
50 naves y 20 aviones se han perdido sin dejar rastro en esa área
particular del océano Atlántico. Aunque la mayoría de estas desapariciones
pueden explicarse, muchas otras no pueden serlo, y el tema continúa siendo un
debate entre creyentes y escépticos. Los incidentes más populares se listan a
continuación:
1840: el HMS Rosalie, barco que se dirigía a La Habana (Cuba), fue hallado sin
tripulación.
1872: el Mary Celeste (hundido entre las islas Azores y la Península Ibérica,
a unos 5000 km de distancia de las islas Bermudas); se debe tener presente que
a cada lado del triángulo se le atribuye solo 1500 km
1902 (4 o
21 de octubre): el Freya,
buque alemán encontrado a la deriva «poco después» de zarpar de Manzanillo (Cuba),
hacia Chile. En realidad había dado la vuelta a Sudamérica porPunta Arenas (sur
de Chile) y fue encontrado frente a la costa occidental de México (varios meses después de zarpar
de Cuba), arrastrado por las corrientes del océano Pacífico.
1909,
noviembre: The Spray, un
pequeño yate del aventurero canadiense Joshua
Slocum (20 de febrero de 1844 – 14 de noviembre de 1909,
o días después).
1917: se
hunde el SS Timandra, que
se dirigía a Buenos Aires desde Norfolk (Virginia) con una carga de carbón y una
tripulación de 21 personas. No emitió ninguna señal de radio, a pesar de
que tenía la capacidad para ello.
1919: se
hunde la nave carguera USS
Cyclops (AC-4) con 308 hombres a bordo, debido a un huracán.
1921: se
hunde la nave carguera Carroll A.
Deering en el cabo Hatteras (a 1050 km al oeste
de las islas Bermudas y unos 800 km al noroeste del triángulo).
1925 (21 de abril): el Raifuku Maru se
hunde con testigos en medio de una tormenta a 1063 km al norte de las
islas Bermudas) totalmente fuera del Triángulo.
1925,
diciembre: se hunde el carguero estadounidense SS Cotopaxi, «que desde la costa de Florida transmitió que el
clima se encontraba en calma, y no envió ninguna señal de auxilio». En
realidad, Meyers (capitán del barco) informó por radio que el barco estaba
escorando y que tenían la bodega llena de agua.
1926: se
hunde el SS Suduffco,
debido a un huracán (un capitán que salió en su búsqueda lo llamó «el peor
clima que he visto en mi vida»).
1938: se
hunde el HMS Angloaustralian en
las islas Azores (a
más de 4000 km al este del Triángulo), después de emitir «en la tarde
hemos pasado Faial. Todo
bien».
1942: el
submarino francés Surcouf es
embestido por el carguero estadounidense Thompson Lykes cerca del Canal de Panamá (a unos
1800 km al sur de Miami; muy lejos del Triángulo).
1945:
desaparecen 5 aviones TBM Avenger (el
famoso Vuelo 19) de la Marina Estadounidense.
1947: se
hunde el Army C-45 Superfort a
160 km de las Bermudas (fuera del Triángulo).
1948: se
hunde el SS Samkey (Berlitz
dice que se hundió en 1943, pero ese fue el año de inauguración). Dio su
posición: 41° 48’ N 24° O (200 km al noreste de Azores, y a
4200 km fuera del Triángulo). Solo transmite: «Todo va bien».
1948:
desaparece la aeronave Tudor IV
Star Tiger, con 31 pasajeros.
1948:
desaparece un avión DC-3 NC16002,
con 28 pasajeros y la tripulación.
1949:
desaparece el segundo Tudor IV,
Star Ariel.
1950:
desaparece un avión Globemaster,
de la Fuerza Aérea estadounidense.
1950: se
hunde el carguero estadounidense SS
Sandra (de 350 pies), después de pasar por San Agustín
(Florida) en su ruta hacia Puerto Cabello (Venezuela).
1952:
desaparece un avión de transporte British
York con 33 personas a bordo.
1954:
desaparece un avión Lockheed
Constellation, de la armada estadounidense, con 42 pasajeros a
bordo.
1956:
desaparece una avioneta de la marina estadounidense, el Martin P5M, con 10 tripulantes.
1962:
desaparece un avión KB-50 Tanker,
de la fuerza aérea estadounidense.
1963: se
hunde el Marine Sulphur Queen,
probablemente al desembarcar de Dry Tortugas; cargaba azufre fundido
(posiblemente sin medidas de seguridad).
1967:
desaparece un avión militar YC-122 convertido
en avión de carga.
1967: se
hunde el crucero Witchcraft a
una milla de Miami; realizó una llamada a la guarda
costera, pero a los 19 minutos ya se había hundido completamente.
1970: se
hunde el carguero francés Milton
Latrides cuando navegaba desde Nueva Orleans hacia Ciudad del Cabo; llevaba una carga de
aceite vegetal y refresco cáustico.
1972
(aunque Berlitz dice 1973): se hunden en una tormenta dos cargueros alemanes:
el Anita (de 20.000
toneladas, con una tripulación de 32) y su barco gemelo, el Norse Variant (ambos con carga
de carbón). Un sobreviviente de este último fue encontrado flotando en una
balsa; describió la pérdida del barco en medio de un huracán. Las olas
rompieron la tapa de la compuerta y hundieron rápidamente la nave.
1976: se
hunde el SS Sylvia L. Ossa en
un huracán al oeste de las Bermudas (fuera del triángulo).
1978: se
encuentra abandonado al SS
Hawarden Bridge en las Indias Occidentales.
Se presume que se debió a un crimen cometido. Meses antes, en febrero, la
Guarda Costera de los Estados Unidos lo había detenido en Cape Knox y
había encontrado marihuana.
1980: se
hunde el SS Poet en
un huracán, cuando transportaba granos hacia Egipto.
1995: se
hunde el carguero Jamanic K (construido
en 1943), tras zarpar de Cap-Haïtien.
1997: se
hunde un yate alemán.
1999: se
hunde el carguero Génesis después
de zarpar del puerto de San
Vicente; su carga incluía 465 toneladas de tanques de agua, tablas,
hormigón y ladrillos; informó de problemas con una bomba de achique un poco
antes de perder el contacto. Se realizó una infructuosa búsqueda en un área de
85 000 km2 (33.000 millas
cuadradas).
Otros
barcos
Atlanta
(importante buque no desaparecido; el pequeño bote desaparecido se llama Atalanta).
Connemara IV
Gloria Colite
John and Mary
Rubicon (desaparecido
en medio de una tormenta tropical; aunque Berlitz afirma que desapareció en
clima normal).
Stavenger (barco
inexistente inventado por Berlitz).
Debe
notarse que algunos de los casos listados anteriormente, que popularmente están
asociados con el Triángulo de las Bermudas, realmente no estuvieron en el área
del Triángulo en el momento de su desaparición.
Vuelo 19
TBM
Avenger volando en formación.
Uno de
los incidentes más conocidos y probablemente el más famoso sobre el Triángulo
de las Bermudas es acerca de la pérdida de un escuadrón de cinco bombarderos TBM
Avenger de la marina de EE. UU. durante un vuelo de
entrenamiento que salió de Fort Lauderdale (Florida) el 5 de diciembrede 1945.
De acuerdo con el escritor fantástico Charles Berlitz (1914-2003),
el caso consistía en que varios aviadores navales simplemente desaparecieron
después de que informaran de varios efectos visuales extraños, una afirmación
que no es completamente acertada. Además, Berlitz afirmó que debido a que los
restos de los TBM Avenger flotarían
por largos periodos de tiempo, estos debieron ser encontrados al día siguiente
considerando que esos días se registraron con marea tranquila y cielo
despejado. Sin embargo, no solo no pudieron ser encontrados, sino que un avión
de búsqueda y rescate de la Marina que mandaron también se perdió. (Los Martin
Mariner tenían muy mala fama entre los pilotos de la época
debido a que sus tanques de combustible se inflamaban muy fácilmente; por lo
que, un destello visto al poco de despegar la nave, pudo corresponderse con su
explosión). Adicionalmente, la intriga se incrementó al conocer que el informe
del accidente de la Marina lo atribuyó a «causas o razones desconocidas».
Mientras
que algunos hechos de la versión de Berlitz son esencialmente exactos, no
describe algunos detalles importantes. La visión de un experimentado escuadrón
de aviadores de combate perdiéndose en una tarde soleada es inexacta. Para
cuando se recibió la última transmisión de radio del Vuelo 19, había comenzado
un clima tormentoso. Tan solo el líder de vuelo, el Teniente Charles Carroll
Taylor, tenía experiencia de combate y un tiempo de vuelo significativo, pero
al mismo tiempo tenía muy poca experiencia en esa área en particular, menor que
la de los aprendices bajo su servicio, Taylor fue descrito como un líder
calmado y confiado. En cambio, las transmisiones de radio del Vuelo 19
revelaron a un Taylor desorientado, con una carencia de confianza en sus
decisiones, y completamente perdido.
Además,
las afirmaciones exageradas establecían que todos los aviones tuvieron
problemas con sus brújulas. Sin embargo, los informes navales y registros
escritos de las conversaciones entre el Teniente Taylor y otros pilotos del
Vuelo 19 no indicaban esto. En cuanto al informe de la Marina, se afirmó que el
informe original atribuyó el accidente a la confusión del comandante de vuelo.
El Teniente Taylor previamente había abandonado su nave en dos ocasiones en
medio del Pacífico después de haberse perdido, para regresar al portaaviones.
Sin embargo, el informe se alteró para retratar otra situación debido a los
deseos de su familia.
Otro
factor a considerar es que las naves TBM Avenger nunca fueron diseñadas para el
acuatizaje, contrario a las afirmaciones de Berlitz. La experiencia de combate
en el Pacífico demostró que un avión Avenger se hundía muy rápidamente si este amaraba.
Para un Avenger sería muy difícil amarar, especialmente con pilotos novatos al
mando, y al dejarlo en los mares peligrosos del Triángulo de las Bermudas.
Sin
embargo, el hecho de que hasta la fecha no se ha descubierto rastros o algún
resto de las naves ha llevado al misterio, y, en sí mismo, es un caso raro. En
un documental sobre este evento del History Channel, se hizo notar que un
piloto puede confundir fácilmente su ubicación si permite que su imaginación
controle su razón. En este documental el escenario más probable fue que el
líder de vuelo, el teniente Charles Taylor se confundiera y se desorientara.
Siendo indeciso en última analogía de la situación del vuelo, habría creído
incorrectamente que estaban lejos del sureste de Florida Keys, y girado
bruscamente hacia la derecha, creyendo que encontrarían tierra. En cambio,
ellos se ubicaban exactamente donde debían estar, fuera de las Bahamas, y al
girar a la derecha los llevó más adentro del océano hacia el Atlántico. Esto
también podría explicar por qué los aviones aún no han sido encontrados, ya que
muy pocas búsquedas se han concentrado en las inmensas áreas abiertas del
océano.
Por
consiguiente, la explicación generalmente más aceptada por entusiastas navales
y civiles que han investigado minuciosamente este incidente coincide en que el
Teniente Charles Taylor se confundió y se desorientó, llevando a su tripulación
al mar abierto donde se les acabó el combustible y aterrizaron en aguas
tormentosas durante la noche. Y aunque los pilotos estudiantes sabían que él
estaba equivocado sobre su ubicación; él era el líder de vuelo y estaba al
mando. Para cuando él tomó el consejo de uno de sus aprendices pilotos sobre volar
hacia el oeste, ya se encontraban muy lejos como para aterrizar sobre tierra
firme. La posición oficial de la Marina Estadounidense sobre el incidente no
refleja ningún misterio relacionado a lo que le pasó al Vuelo 19, describiendo
el hecho de que la culpa residió completamente en el Teniente Charles Taylor.
El único misterio para la Marina Estadounidense es dónde se estrellaron los
aviones del Vuelo 19.
Otra
hipótesis en ese mismo documental declara que los aviones realmente pudieron
haber estado donde Taylor creyó que ellos estaban, y que ellos chocaron en los
pantanos de Georgia. Sin embargo, esa hipótesis se ha tomado con escepticismo.
En 1991,
los restos de cinco Avengers fueron descubiertos frente a las costas de la
Florida, pero los números de serie del motor revelaron que no eran del Vuelo
19.1 Los registros revelaron además
de que las aeronaves descubiertas y varias más, fueron declaradas no aptas para
el mantenimiento/reparación u obsoletos, y eran simplemente eliminadas en el
mar.
Los
registros también mostraron accidentes de entrenamiento entre 1942 y 1945 que
representaron la pérdida de 95 elementos de personal de la aviación de NAS Fort
Lauderdale2 Los investigadores han ido
ampliando su ámbito para incluir más al este, en el Océano Atlántico, pero los
restos del Vuelo 19 todavía no han sido confirmados como encontrados.3
Un
hidroavión de rescate PBM Mariner también desapareció sin un rastro durante la
búsqueda del Vuelo 19, tal como Berlitz declaró en su libro. Esto incrementó la
especulación sobre fenómenos sobrenaturales y el Triángulo de las Bermudas, y
aunque Berlitz aludió en su libro a la casualidad sobre el Triángulo de las
Bermudas, se formula en cierto modo que algunos puntos también son misteriosos
y desconocidos, cuando de hecho no lo fueron.
El SS
Gaines Mill informó una explosión por encima del agua poco después de que
despegó el PBM Mariner, en el lugar donde debía de estar este. Se pudo divisar
una mancha de aceite en ese punto, pero el mal clima impidió que se recobrara
cualquier resto, y para cuando el clima tormentoso terminó, todos los rastros
del accidente ya no estaban ahí. El escenario más probable fue que una fuga de
combustible causó la explosión, la cual desintegró el avión.
Star Tiger y Star Ariel
Otra
pérdida muy conocida es la de 2 aviones de transporte Tudor IV, llamados Star
Tiger y Star Ariel. Las aeronaves operadas por la línea aérea British South
American Airways Corporation volaban rutinariamente en la ruta de Sudamérica:
Bermudas.
El incidente
tuvo lugar en las horas antes del amanecer del 31 de enero de 1948. Cargando 29
pasajeros más la tripulación comandada por el capitán B. W. McMillan, el Star
Tiger salió unas horas antes de Santa María
(Azores), unos de los numerosos puntos de escala para cargar
combustible fijados en su ruta de Londres (Inglaterra) a La Habana (Cuba).
Al aproximarse a las Bermudas, McMillan hizo el contacto esperado con Kindley
Field, la siguiente parada, y pidió por radio que calibraran sus sistemas de
navegación y que se aseguraran que se mantenía en curso.
Al
determinar que el avión estaba ligeramente fuera de curso, su posición fue
corregida con respecto a las Bermudas a 72 grados de la isla. En este punto,
cuando el Star Tiger estaba a menos de dos horas de vuelo de ahí, McMillan dio
confirmación de una ETA de 05:00 horas, una hora más tarde debido a los fuertes
vientos. Ninguna transmisión adicional del avión fue recibida desde entonces.
Se
enviaron las operaciones de rescate armadas con informes precisos de la última
posición conocida del avión, después de que se determinó que se encontraba muy
retrasado y no se tenía ningún rastro de este.
En el
informe emitido un poco después por el Ministerio Aéreo Civil (Civil Air
Ministry), se hicieron numerosas hipótesis de lo que pudo haber ocurrido
durante las dos horas finales, hasta que cada una fue subsecuentemente
rechazada. «No habrían bases para suponer que el Star Tiger cayó al océano a
consecuencia de que fue la nave estaba privada de su radio, al fallar en la
búsqueda de su destino, y al haber acabado con su combustible [...] Existe una
buena razón para suponer que ningún mensaje de emergencia fue transmitido de la
nave, ya que había muchas estaciones receptoras de radio sintonizadas en las
frecuencias de las aeronaves, y ninguna de ellas recibió tal mensaje. [...] El
clima se encontraba estable, no había disturbios atmosféricos serios que
pudiesen causar daño estructural a la nave, y no había tormentas eléctricas».
Se supuso
que el avión no pudo salirse de curso, ya que la transmisión desde las
Bermudas, con vientos prevalecientes, la habría llevado a treinta millas de la
isla: «La nave difícilmente podría no encontrar la isla en poco tiempo, en las
condiciones de visibilidad que prevalecían». El motor fue descartado como la
causa probable, ya que en tal etapa del viaje y sin el peso de combustible
extra, el avión debió de haber flotado a salvo con tres o incluso con dos
motores, en lugar de los cuatro con las que contaba. La probabilidad de que el
avión perdiese tres motores en menos de dos horas fue considerado como absurdo.
Enfrentando
la evidencia acumulada, o quizás la falta de ella, la comisión de investigación
se refirió a la pérdida del Star Tiger con gran elocuencia:
Al cerrar
este informe se puede decir en verdad que ningún otro problema ha presentado
más confusión que esta investigación. Con la completa ausencia de evidencia
confiable sobre la causa o la naturaleza del accidente del Star Tiger, la Corte
no ha sido capaz de hacer más que sugerir algunas posibilidades, de las cuales
incluso ninguna alcanza el nivel de probabilidad. En todas las actividades que
involucran la cooperación del hombre y la máquina se combinan dos elementos de
carácter diverso. Existe un elemento incalculable de factor humano que depende
imperfectamente de factores conocidos; y por otra parte está el elemento
mecánico que se encuentra sujeto a leyes muy diferentes. Una avería puede
ocurrir en cualquiera de los dos casos o en la conjunción de ambos. O alguna
causa externa podría haber ocasionado problemas a ambos, hombre y máquina. Lo
que ocurrió en este caso nunca se conocerá y el destino del Star Tiger sigue
siendo un misterio sin resolver.
El 17 de
enero de 1949, el Star Ariel también se perdió en un área cerca de las Bermudas
sin dejar rastro alguno, con una carga de 17 pasajeros más la tripulación. Las
últimas transmisiones no mostraron signos de alerta, y dictaban un vuelo
normal. Esta segunda desaparición propició el cese en el uso de las naves Tudor
IV. Lo que en realidad les haya ocurrido a ambos aviones se desconoce hasta
este día.
NC16002
Otra
pérdida muy conocida es la del avión de transporte DC-3 NC16002 mientras estaba
en ruta desde San Juan, Puerto Rico a Miami, Florida. Muchos de los hechos de
este caso tienen similitud con algunos de los registrados con otros casos
asociados con el Triángulo de las Bermudas, tales como la incapacidad de
escuchar las transmisiones por parte de torres cercanas a la nave, mientras que
torres lejanas recibían las mismas muy claramente. Se cree que este accidente o
perdida puede ser repetida en cualquier momento.
USS Cyclops
El
Cyclops (AC-4) fue un navío de la armada de los EE. UU. que se perdió sin
rastro el 4 de marzo de 1918 después de desembarcar de Barbados, estaba
comandado por el lugarteniente G. W. Worley y tenía una tripulación de 306
personas. Algunos creen que el barco se perdió en el Triángulo de las Bermudas,
aunque cabe mencionar que en ese tiempo los Estados Unidos estaban en guerra y
por lo tanto existen varias posibilidades adicionales que pueden explicar su
desaparición.
Los
partidarios de las hipótesis que involucran al Triángulo de las Bermudas han
realzado el hecho de que la nave no envió transmisión sobre problema alguno y
aparentemente solo desapareció. No obstante, debe tenerse presente que en el
momento la tecnología de telecomunicaciones estaban en sus primeras fases, y el
mandar un mensaje urgente para pedir ayuda no siempre era una tarea tan rápida
o tan simple. Muchos investigadores serios de este incidente creen que el USS
Cyclops estuvo más lejos al norte del Triángulo, sin embargo, cuando este
desapareció, estaba cerca de Norfolk (Virginia).
El Spray
La gran
habilidad del Capitán Joshua Slocum como marinero estaba más allá de la duda:
(había sido el primer hombre en circunnavegar el mundo en solitario). En 1909,
se embarcó en su boteSpray.
Desapareció en el mar e incluso no hubo evidencia de que haya estado en el
Triángulo de las Bermudas ya que se dirigía a sudamérica. Se asumió que se
hundió por una ola o por una ballena, aún cuando se suponía que el Spray era un
barco resistente y Slocum un experimentado marinero; por lo tanto, en 1924 se
le declaró legalmente muerto. El misterio de su desaparición ha llevado a
muchos a asociarlo con el tríangulo de las Bermudas sin ninguna prueba.
Berlitz refutado
Las
explicaciones que han dado muchos investigadores para estas desapariciones van
desde secuestros por parte de piratas modernos a un simple error humano.
Volviendo
a las posibles explicaciones, los análisis menos fantasiosos apuntan a que las
fuertes corrientes y
la profundidad de las aguas podrían explicar la ausencia de restos, subrayando
que varias de las desapariciones atribuidas a esta zona, ocurrieron en verdad a
más de 600 kilómetros. Además, cada día varios cientos de naves
civiles y militares atraviesan la región sin contratiempos.
Se estima
que en los últimos 100 años por esa zona han pasado unas 10 millones de naves
(100.000 por año). Se cree que desde mediados del siglo XIX han desaparecido un
total de 50 barcos y 20 aviones.
Las
desapariciones dentro de la zona, ya que si bien la zona es una de las que más
tráfico aéreo y marítimo registran, la frecuencia de los accidentes es
proporcionalmente muy baja, en comparación con otros puntos del globo. La
aseguradora marina Lloyd de Londres ha determinado que el triángulo no es más
peligroso que cualquier otra área del océano, y no cobra tarifas adicionales
por el paso a través de esta región. Los archivos de la Guardia Costera
confirman esta conclusión. De hecho, el número de supuestas desapariciones es
relativamente insignificante considerado el número de naves y aviones que pasan
regularmente a través del triángulo.
Aunque ya
existía el precedente de Gaddis, tal como se ha explicado, la tasa de
accidentalidad de la zona no ofrecía casos suficientes de desapariciones que
pudiera incluir en su libro y que tuvieran algún punto no resuelto en la
aclaración del accidente. Por este motivo, Berlitz recurrió a diversas
estratagemas para hinchar su obra.
Varios de
los barcos que Berlitz mencionó no se encontraban en ese enclave geográfico. Es
el caso del Mary Celeste,
que se hundió entre las Azores y la Península Ibérica.
El Freya también lo sitúa en las Bermudas, pero desapareció en el Pacífico, así
como el Raifuku Maru, que desapareció en el Atlántico Norte. A otros los nombra
erróneamente, como el Atlanta, llamado realmente Atalanta.
También
hay desapariciones que no son tales, como las del caso de los buques de guerra
Proteus y el Nereus (1941) que está constatado que se hundieron en acciones
bélicas. Para el hundimiento del Rubicon, Berlitz mintió afirmando que
desapareció en circunstancias de clima normal cuando está comprobado que hubo
una fuerte tormenta en la zona. En otras ocasiones, recurrió a escribir sobre
barcos ficticios, como el Stavenger.
Además el
Triángulo de las Bermudas es una de las zonas con más tráfico aéreo y naval de
todo el mundo y con incidencias climáticas como tormentas y huracanes que hacen
muy factible y explicable la cantidad de naves hundidas, sobre todo antes de la
invención de los sistemas de navegación actuales. Estos han desbaratado la
invención de Berlitz, ya que no se ha vuelto a registrar ni un solo caso de
aeronave desaparecida en una de las zonas con más tráfico aéreo del mundo,
aunque supuestos "testigos" hablan de los "incidentes" que
sufrieron con sus avionetas particulares y que acabaron felizmente.
En cuanto
se perfeccionen las técnicas de inmersión en aguas profundas es probable que se
recuperen la mayoría de los barcos perdidos.
Kusche refuta a Berlitz
Lawrence Kusche, un bibliotecario de la Universidad
Estatal de Arizona en la época del incidente del Vuelo 19,a
comienzos del año 1975, se sintió intrigado por el número de estudiantes que
llegaban preguntando acerca del Triángulo de las Bermudas. Comenzó entonces una
exhaustiva investigación de seguimiento de los informes originales. Finalmente
publicó sus hallazgos en1975 en The Bermuda triangle mystery: solved (El misterio del
Triángulo de las Bermudas solucionado).
La
investigación de Kusche reveló una gran cantidad de inconsistencias y falta de
exactitud entre los reportes de Berlitz y las declaraciones originales de los
testigos, participantes y otros involucrados en los incidentes iniciales.
Demostró que muchos de los casos citados por los difusores del supuesto
misterio ni siquiera existieron (presentaban números de vuelo falsos o de
barcos inventados), y que la mayoría de las tragedias que sí ocurrieron se
situaron fuera de los límites del Triángulo (ver enlace externo más abajo).
Notó que había casos en que no se reportó información pertinente, por ejemplo
en el caso del navegante circunnavegador Donald Crowhurst, que Berlitz presentó como
un misterio, a pesar de que hubo evidencia clara de que Crowhurst había
fraguado el proyecto de su viaje y probablemente se suicidó.
Según
Kusche, la credibilidad de Berlitz «es tan baja que virtualmente es
inexistente. Si Berlitz informase de que un barco es rojo, las posibilidades de
que fuera de otro color constituirían casi una certeza. Dice cosas que
simplemente no son ciertas. Deja de lado todo material que contradiga su
“misterio”».4
Otro
ejemplo fue el barco-transporte que Berlitz describió como perdido sin rastro
por tres días en el Atlántico cuando estuvo perdido por tres días en un puerto
del mismo nombre (Puerto Atlántico) en el océano Pacífico. Kusche también
argumentaba que un gran porcentaje de los incidentes que Berlitz atribuye a la
misteriosa influencia del Triángulo de las Bermudas realmente ocurrieron muy
lejos de allí.
Kusche extrajo varias conclusiones:
La
proporción entre buques y aviones que se reportaron como perdidos, y los que
atraviesan sin problemas el Triángulo de las Bermudas no fue significativamente
mayor que en cualquier otra área del océano.
En una
zona donde son frecuentes las tormentas tropicales repentinas, la desaparición
total de algunos barcos no debería considerarse rara, desproporcionada,
improbable, ni misteriosa.
Las
estadísticas de los casos fueron exageradas debido a una pobre investigación.
Por ejemplo, algunos botes informados como perdidos y que finalmente regresaron
a su puerto con retraso, permanecieron registrados como «perdidos».
En los
informes de Berlitz, en las circunstancias de las desapariciones confirmadas se
miente o exagera. Por ejemplo, cuando Berlitz informaba que un barco había
desaparecido en un día de sol, los informes del tiempo de
esa fecha indican una tormenta tropical.
«La
Leyenda del Triángulo de las Bermudas es un misterio fabricado... perpetuado
por escritores que, intencional o ignorantemente, hicieron uso de conceptos
erróneos, razonamiento defectuoso y sensacionalismo» (Epílogo, pág. 277).
Críticas escépticas
Los
críticos alegan que Berlitz y otros han exagerado los aspectos «misteriosos» de
algunos casos (Berlitz mismo no abogaba por ninguna explicación paranormal), y
arguyen que en el Triángulo de las Bermudas no hay más «desapariciones» que en
ninguna otra área comparable del océano. Es de notar que la empresa de seguros Lloyd’s de Londres ha determinado que el
triángulo no es más peligroso que ninguna otra zona del océano, y no cobra
ninguna tasa inusual de aseguramiento por pasar a través de esa área. También
la Guardia Costera confirma esto.
Los
escépticos comentan que una evidencia más convincente de actividad paranormal
sería la desaparición de un tren entre dos paradas, y que el hecho de que eso
nunca haya sucedido sugiere que la explicación paranormal no es necesaria para
la desaparición de barcos y aviones en el océano, mucho menos predecible.
Aunque en
muchos casos, se pueda dar una explicación racional y lógica de la desaparición
de ciertas embarcaciones, también hay que destacar que naves como el Rosalie, el Mary Celeste, elFreya, el Gloria Colite, el Rubicón, el Connemara IV, fueron encontrados
sin indicios de haber sufrido algún daño pero sin tripulación; estos se
encontraban navegando a la deriva, e incluso en uno de los casos (el Rubicón) fue encontrado un perro
dentro de la nave.
Respuestas racionales
A pesar
de las creencias populares, los Guardacostas
de los Estados Unidos y otras fuentes citan estadísticas que
indican que el número de incidentes que involucran aviones y buques perdidos no
es mayor que en otra parte del mundo igual de transitada. Mientras que se ha
demostrado que muchos de los supuestos misterios no eran tales al analizarlos
con detalle, teniendo inexactitudes que circulan durante décadas, algunos pocos
todavía no tienen una explicación.
El resto
de los casos pueden ser explicados en términos banales.
Hidratos de metano
Distribución
mundial de los yacimientos de hidrato de metano, en 1996.
Una
explicación de algunas de las desapariciones apunta a la presencia de vastos
yacimientos de hidratos de metanobajo
las placas continentales. En 1981, el United
States Geological Survey informó la aparición de estos hidratos
en el área de Blake
Ridge5 Las erupciones periódicas de
metano podrían producir regiones de agua espumosa que podría no dar
sustentación suficiente a los barcos. Si se formara un área de este tipo
alrededor de un buque, éste se hundiría muy rápidamente sin aviso. Los
experimentos en el laboratorio han probado que las burbujas pueden realmente
hundir a un barco a escala, debido a que se disminuye la densidad del agua.
Algunos
escritores han sugerido que este hidrato de metano liberado repentinamente en
la forma de burbujas gigantes de gas, con diámetros comparables al tamaño de un
barco, podrían hundirlo.6
Sería
posible que se creara una burbuja de gas metano desde el fondo del océano, tal
como se describe, dicha burbuja gigante rompería debido a la gran presión del
agua, y se convertiría en una miríada de burbujas menores antes de alcanzar la
superficie. Al emerger, estas burbujas formarían una gran turbulencia,
peligrando la flotabilidad. Aunque las burbujas formadas en un tanque de
laboratorio puedan ser grandes comparadas con un barco a escala, el efecto no
se puede comparar en la naturaleza debido a la relación entre las fuerzas de tensión superficial y gravedad.
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