Maltrato infantil y La explotación infantil
Maltrato
infantil
Se denomina maltrato
infantil o abuso infantil1 a
cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el
trato hacia un menor, por parte de sus padres o cuidadores, que le ocasiona
daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto físico como
psicológico.2
Se distinguen cinco tipos básicos de maltrato infantil:3
·
el abuso físico,
·
el abuso sexual,
·
el maltrato emocional,
·
el abandono físico,
·
el abandono emocional.
La definición de maltrato implica
una valoración social en relación a lo que es peligroso o inadecuado para el
niño. Y aquí reside precisamente la gran dificultad para definirlo, ya que hay
una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza
peligrosas e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación
entre lo que es un maltrato y lo que no lo es (...)4
La
definición de «maltrato» debe, además, tomar en cuenta, al menos, tres
criterios: en primer lugar, la consideración de una acción u omisión como
«maltrato» depende, en muchos casos, de la edad del niño; en segundo lugar, la
situación psico-fisiológica del menor puede condicionar las consecuencias de la
acción u omisión ejercidas sobre él, lo que puede conllevar una relativización
de su consideración como maltrato; y, en tercer lugar, hay que tener también en
cuenta que no necesariamente todos los actos de maltrato tienen por qué dejar
secuelas inmediatas y visibles en el menor; esto es especialmente relevante por
cuanto las consecuencias importantes de los casos de maltrato infantil no
suelen ser las físicas, sino las que afectan al desarrollo del menor a medio y
largo plazo.
El abuso
infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y
civilizaciones de la antigüedad donde utilizaban a los niños para realizar
sacrificios y rituales. Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que
la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los menores de edad. En los
Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar a niños
desamparados y la misma fue conocida como “Child Welfare Movement”(Movimiento
Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones contra el
maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los
Delincuentes Juveniles en 1825, cuyo propósitos fue ayudar a niños maltratados
y abandonados por sus padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado
de Nueva York la “Society for Prevention of Cruelty of Children” la cual,
surgió como fuente de inspiración para desarrollar otras organizaciones contra
el abuso infantil en los Estados Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en
1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato de
infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue
sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura y la
misma se acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los
animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor expresó lo
siguiente: “la menor merecía tanta protección como a un perro común” y con
estos testimonios pudieron ganar el caso.5
Con todo,
se considera que, en general, los criterios para calibrar una determinada
situación como «maltrato» deben fundamentarse en las consecuencias en el menor,
tanto en los daños producidos como en las necesidades no atendidas de este.
Este se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores
de 18 años,e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico,abuso
sexual,desatención,negligencia y explotación comercial o de otro tipo que
causen o puedan causar daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño.
El maltrato o abuso físico
Se define como «cualquier acción
no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque daño físico o
enfermedad en el niño o le coloque en grave riesgo de padecerlo».6
Los
indicadores típicos del abuso físico en un menor son las magulladuras o
moratones en diferentes fases de cicatrización y de forma extendida en
diferentes partes del cuerpo; las quemaduras con formas definidas; las
fracturas de nariz o mandíbula, o en espiral de los huesos largos; las
torceduras o dislocaciones; las heridas o raspaduras en la cara y la parte
posterior de las extremidades y torso; señales de mordeduras humanas; cortes o
pinchazos; lesiones internas (en el cráneo o cerebro, síntomas de asfixia...).
El abuso de menores consisten en varios elementos y se enfatizan en dos ideas principales la cuales son: la asimetría de edad y el abuso de poder. La asimetría en edad se refiere en la diferencia de edad que hay entre el agresor y la víctima mientras que el abuso de poder es un factor necesario para el abuso infantil; ya que el mismo implica miedo y obtiene un rol dominante en el ámbito social. El abuso al poder se obtiene por medio de las experiencias y la madurez del agresor. Por esta razón la asimetría de edad se convierte en un factor en el maltrato infantil ; ya que por medio de la edad se pueden descifrar los niveles de experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor.7
El abandono o negligencia física y cognitiva
La
negligencia se identifica como la falta de proveer las necesidades básicas de
un niño por parte de sus padres o personas encargadas.
Se define como aquella situación
donde las necesidades físicas (alimentación, vestido, higiene,
protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación
y/o cuidados médicos) y
cognitivas básicas del menor no
son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que
convive con el niño.8
La
negligencia puede ser:
·
Física (ej., falta de
proporcionar comida o resguardo necesario, o ausencia de supervisión adecuada);
·
Médica (ej., falta de
proporcionar tratamiento médico o para la salud mental);
·
Educativa (ej., falta de atención
a las necesidades emocionales de un niño, falta de proporcionar cuidado
psicológico o permitiendo que el niño use alcohol o drogas).
Estas
situaciones no siempre quieren decir que un niño es descuidado. Algunas veces
los valores culturales, los estándares de cuidado en la comunidad, y la pobreza
pueden ser factores que contribuyen, indicando que la familia necesita
información o asistencia. Cuando una familia falla en el uso de información y
recursos, y la salud o seguridad del niño está en riesgo,desde entonces la
intervención de la institución de protección y bienestar del niño podría ser
requerida.9
El
maltrato de menores en el seno de las familias es una de las causas
contribuyentes a la problemática social que hoy en día se vive, cuyo producto
último es el aumento en la incidencia criminal por parte de la juventud. El
maltrato destruye el núcleo familiar, al romper los lazos de confianza y amor
que son fundamento mismo de ella. El uso de la violencia por parte de sus
padres y/o cuidadores la pone en tela de juicio la realidad de amor de los
padres hacia los hijos.10
El abuso
infantil se puede detectar de diversas formas especialmente cuando los
encargados legales del menor dejan de tomar responsabilidades sobre el mismo.
Según este artículo, han habido casos severos donde menores de 10 años tienden
a cocinarse a ellos mismos porque los padres no han podido traer comida a la
casa e incluso han ocurrido situaciones donde el menor permanecen más de 24
horas sin comer. Según esta revista, existen varios tipos de maltrato
infantiles tales como, el abuso sexual (donde hay un contacto directo entre el
agresor y la víctima), maltrato físico (donde ocurren lesiones y agresiones
físicas en contra la víctima, no necesariamente hay abuso sexual), negligencia
infantil (donde los padres o encargados legales descartan responsabilidades
sobre el niño y al mismo lo abandonan) y el maltrato emocional (donde el
agresor cosecha el miedo y la angustia sobre la víctima).11
Un
ejemplo de discriminación contra personas con discapacidad fue Cighid,
un centro asemejado a un campo de concentración donde niños con discapacidad
considerados como "irrecuperables" (en rumano: irecuperabili)
murieron por el abandono al que eran sometidos.
Impacto psicológico
Las situaciones de maltrato lo
que revelan es una grave disfunción relacional que por lo tanto afectará al
normal desenvolvimiento del cumplimiento de tareas del menor. Este fracaso en
la ejecución de las metas del menor sería, en sentido amplio, el impacto del
maltrato y es lo que se viene a significar cuando en las definiciones de
maltrato se señala que éste amenaza el desarrollo de la competencia del niño o
el desarrollo físico, psicológico y emocional considerado como normal para el
niño.12
El
impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse
amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas
con el tipo, duración o intensidad del maltrato, sino también con las
características de la víctima, los recursos y apoyos que tenga, y las propias
situaciones de su evolución vital. Según el artículo (2003). "Basta de
indiferencia: maltrato infantil", el abuso infantil es un conflicto del
cual, hay muchas polémicas con respecto al niño; ya que el mismo puede tener
muchos problemas durante su desarrollo personal.13
Independientemente
de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por
el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a
trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y
cronicidad de las estas secuelas depende de: •Intensidad y frecuencia del
maltrato. •Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento,
habilidades sociales, etc). •El uso o no de la violencia física. •Relación del
niño con el agresor. •Apoyo intra-familiar a la víctima infantil. •Acceso y
competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los
primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas
en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como
pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del
control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En
escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas,
hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias
intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad,
delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado,
depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas
de relación interpersonal.
Diversos
estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De
forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato
en la etapa adulta.
Aspectos históricos
A lo largo de la historia de la
humanidad y en la actualidad, tomando a la humanidad como un todo, puede
decirse que lo normal, en el sentido de frecuente, es que los niños no reciban
lo que entendemos por «buen trato». La mayoría de los datos históricos que
poseemos sobre el respeto de los derechos de los niños por parte de muchas
culturas de la antigüedad corroboran esta afirmación.14
La
atención jurídica y médica de los menores maltratados empezó a desarrollarse en
la segunda mitad del siglo XIX. De manera individual, el médico francés A.
Tardieu publicó en 1860 la primera monografía sobre el tema y el también médico
estadounidense Silverman demostró con estudios radiológicos las consecuencias
no visibles de los maltratos.
El primer
proceso judicial que defendió a un menor (una niña) por los malos tratos
recibidos por adultos (en su caso, su propia madre), tuvo lugar en 1874 en
Estados Unidos. La acusación fue realizada por la Sociedad Protectora de
Animales, por cuanto no existía ley alguna que amparase a los menores, aunque
sí a los animales en general.
Estas
labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el siglo se creasen
dos sociedades pro derechos de los niños: The Society for the Preventión of
Cruelty to Children, en Nueva York, y The National Society for the Prevention
of Cruelty to Children, en Londres.
La
atención a los derechos de los menores es característica de la segunda mitad
del siglo 20, que es cuando se les reconoce como sujetos de derechos. En 1959,
la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los
Derechos del Niño; y, más tarde, en 1989, esa misma Asamblea adoptó la
Convención sobre los Derechos del Niño.
Paralelamente
a este interés en el estatus legal, se fue desarrollando la correspondiente
atención a la comprensión y prevención del fenómeno.
En 1962
se publicó en Estados Unidos un trabajo científico titulado «Síndrome del niño
apaleado» que incentivó de manera definitiva la atención a las víctimas de los
malos tratos infantiles, incluyendo con ellos la reformulación de las medidas
legislativas y la sensibilización de la opinión pública respecto del problema.
En los países europeos más desarrollados, se produjo un fenómenos similar en
los años siguientes.
Habiéndose
registrado una alta incidencia de querellas de maltrato de niños y un esfuerzo
único por este mal fue aprobada en varios estados de Estados Unidos la Ley
Número 75 el 28 de mayo de 1980, en la cual se establecía que un menor era
víctima de "maltrato o negligencia" cuando sufría daño o perjuicio, o
se encontraba en riesgo de sufrir daño o perjuicio en su salud física, mental
emocional, o en su bienestar, por las acciones y omisiones no accidentales de
sus padres o de otras personas o instituciones responsables de su cuidado. En
esta ley se estableció la política pública de protección a menores.15
La
atención de los expertos ha ido desde la casi concentración en los malos tratos
de tipo físico a la apertura hacia, por un lado, la comprensión de los
conceptos de negligencia y de maltrato emocional, y, por otro, el problema de
los abusos sexuales. También, ha habido cambios en lo que se refiere a la
percepción de los maltratadores (en principio, identificados con personas con
problemas psíquicos y/o pertenecientes a contextos socio-económicos muy
atrasados; después, asumiendo el perfil variopinto del maltratador infantil) y
en la forma de abordar los problemas (en principio, la separación del
maltratado de su entorno; después, el intento de rehabilitar ese entorno).
Otro tipo de maltrato infantil, muy poco conocido es el llamado Síndrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos. Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este síndrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales
Los derechos
del niño
son un conjunto
de normas de derecho internacional que protegen a las personas hasta determinada
edad. Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e
irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos
bajo ninguna circunstancia. Varios documentos consagran los derechos de la
infancia en el ámbito internacional, entre ellos la Declaración de los Derechos del Niñoy la Convención sobre los Derechos del Niño.
Historia
En Estados Unidos
de América, los movimientos por los derechos del niño surgieron
durante el siglo XIX con
el Orphan Train (un
experimento social que buscaba fomentar el transporte de niños de las grandes
ciudades de este como Nueva York y Boston hacia el oeste, para crear casas por
todo el país). En las grandes ciudades, cuando los padres de niños morían o
eran extremadamente pobres, el niño se veía obligado a trabajar para mantenerse
o mantener a su familia. Los niños se convertían en trabajadores en fabricas y minas de carbón,
las niñas se convertían en prostitutas o
chicas de salón o terminaban en talleres de
trabajo esclavo. Todos estos trabajos solo pagaban los gastos de
alimentación.
La idea
de crear los derechos del niño circuló en algunos medios intelectuales durante
el siglo XIX. Un ejemplo de ello fue la referencia que hizo el escritor francés
Jules Vallés en su obra El
niño (1879), y más claramente
la reflexión sobre los derechos del niño que realizó Kate D. Wiggin en
"Children's Rights"(1892). Se llevó a cabo por iniciativa de la
UNICEF el 20 de noviembre de 1959.
En este
ambiente receptivo, en las dos primeras décadas del siglo XX circularon varias
declaraciones de los derechos del niño, a veces en forma literaria o bien como
resoluciones de organizaciones científicas y pedagógicas.
La
primera declaración de derechos del niño, de carácter sistemática, fue la Declaración de
Ginebra el 26 de
diciembre de 1924, redactada porEglantyne Jebb fundadora de Save the Children.
Las
Naciones Unidas aprobaron en 1948 la Declaración
Universal de los Derechos Humanos que,
implícitamente, incluía los derechos del niño,
sin embargo, posteriormente se llegó al convencimiento que las particulares
necesidades de los niños y niñas debían estar especialmente enunciados antes
había decidido que el Fondo
Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños (UNICEF)
continuara sus labores como organismo especializado y permanente para la
protección de la infancia (denominándolo oficialmente Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia).
A partir
de 1975, con ocasión del Año Internacional del Niño, se comenzó a discutir una
nueva declaración de derechos del niño, fundada en nuevos principios. A
consecuencias de este debate, en 1989 se firmó en la ONU la Convención sobre
los Derechos del Niño y
dos protocolos facultativos que la desarrollan, actualizados en 20001 :
·
Proporcionar a la infancia
protección jurídica contra las peores formas de explotación
·
Utilizar los protocolos
facultativos para aumentar los instrumentos de derechos humanos:
Derechos del niño
A partir
de la promulgación de la Convención de 1989 se ha ido adecuando la legislación
interna a los principios contemplados en la Declaración. Aunque la legislación
y el sistema jurídico de cada país suele ser diferente, 193 países2 han
ido consagrando medidas especiales para su protección, a nivel legislativo e
incluso derechos constitucionales. Entre los Derechos del niño destacan los
cuatro principios fundamentales:
·
La no discriminación: todos los
niños tienen los mismos derechos
·
El interés superior del niño:
cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que
tener en cuenta qué es lo mejor para el niño.
·
El derecho a la vida, la
supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y
a tener un desarrollo adecuado.
·
La participación: los menores de
edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a
que sus opiniones sean tenidas en cuenta.
La
Convención sobre los derechos del niño recoge 54 artículos.
Convención sobre los derechos del niño
Las Naciones Unidas en la Convención sobre
los Derechos del Niño ha
indicado los estándares precedentes a los derechos del niño y estos han sido
ratificados por todos los países menos losEstados Unidos y Somalía.3 La
inestabilidad de Somalía a firmar la Convención es un atributo de su falta de
estructura gubernamental. La administración de EEUU bajo el gobierno de George W. Bush se opuso a ratificar la Convención y
las condiciones legales porque "crean conflicto con las políticas de
Estados Unidos en el rol de los padres, soberanía, estado y leyes locales".4 Sin
embargo, la nueva administración busca revertir esta oposición a la
ratificación. Y también el Protocolo opcional en la participación de niños en
conflictos armados en
contra del uso militar de
niños y el protocolo opcional en la venta de niños, prostitución y
pornografía infantil en
contra de tráfico de niños, prostitución
infantil y pornografía
infantil.
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